E.T. The Video-Game

Queridos niños y niñas de los ochenta, ¿os acordáis de esa época en la que todo era maravilloso? ¿en que la podías tener amigos del espacio exterior aunque tus padres estuvieran separados? ¿en la que Drew Barrymore aún no le daba a la botella y a las drogas? ¿os acordáis de vuestro teléfono? ¿y de vuestra casa?

Pues seguro que la mayoría no os acordáis de algo, de la adaptación consolera de la obra maestra de Spielberg, por que era malísima ¡en serio!, yo nunca la jugué (tenía tres años y mis mini-friki dedos no daban para tanto, aún) pero he leído varias veces por ahí que era el engendro más infumable de todos los tiempos.
Con unos gráficos absurdos (incluso para la época, recordermos que vivíamos en 8 bits, 16 colores y sprits cuadradotes), una música que asesinaba la soberbia composición de John Williams, y que además resultaba injugable ya que los numerosos bugs hacían que el juego fuera prácticamente imposible de acabar.

Atari, que por aquel entonces era la madre de las empresas de los videojuegos, se gastó un pastón en la jugosa licencia de la película más taquillera del momento, así que lógicamente anunció a los cuatro vientos la salida al mercado de este esperpento pixelado.
Pero la reacción del público fue tal que, en una decisión sin precedentes, la empresa americana decidió deshacerse de las copias aún no vendidas, cerca de 80.000 cartuchos, enterrándolas en el desierto de Sonora.

¡Si, habéis oído bien! ¡¡ENTERRARON LOS JUEGOS EN PLENO DESIERTO!!

Pero, lo que son las cosas, los videojuegos en el siglo XXI son considerados obras de culto y lógicamente se cotizan mucho aquellas copias de edición limitada, ¿y que puede ser más limitado que un juego perdido en el desierto? ¿cuánto pagaría un coleccionista por una de esas joyas perdidas?

Dicen que hay gente de Atari que aún sabe dónde andan esos cartuchos, oye, que enterrar 80.000 en cajas no debe de ser nada fácil, tienen que ocupar bastante espacio o, mejor dicho, bastantes hoyos ¿no?

¡La leyenda urbana cuenta incluso que hay quien se pasea por el desierto con un detector de metales buscando la oportunidad de reventar ebay!