El juego estaba bien, era básicamente un shoot-em up con poca (o nula) estrategia y mucho aplasta-botones, algo mareante pero adrenalíticamente muy satisfactorio.
Aunque había una cosa que estaba más que realmente bien: sus títulos de crédito, que me gustaban tanto que los veía una y otra vez, a veces sin necesidad de jugar después. Me gustaba la forma (algo hortera hoy en día, la verdad) de conjugar animación 3D, cinemáticas del juego y filmación realista al más puro estilo Top Gun pero con mechs, ¡toda una pasada!
(mejor verlo a pantalla completa)
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